jueves, 8 de diciembre de 2011

HISTORIA DE UNA HISTORIA



Finalmente me decido a compartir esto que he escrito hace unos meses. Lo haré en voz muy baja, susurrando en las paredes, para que .como en el cuento del pastor que tenía que guardar un secreto y no podía- la voz se riegue de junco en junco, de flauta en flauta, sin que yo misma me de cuenta.
Se trata de la historia de un cáncer de mama: el mío. Lo he compartido con muy pocos amigos, pero ahora tal vez sea momento de compartirlo con más. Yo misma, en su momento, busqué y rebusqué por internet historias que pudieran ayudarme a pasar por el trance de aceptarlo, ahogándome en la inmensa cantidad de información y leyendo con lágrimas en los ojos los pocos blogs de algunas mujeres que se atrevieron a contar su historia.
No sé hasta dónde llegue, pero "atodopecho" fue la única dirección lógica que conseguí para mi blog.
Comienzo desde el principio, y cuelgo la primera cosa que escribí, a los pocos días de enterarme.

----

UN NUEVO ESCRITORIO
A cuatro días de la noticia, el peor momento es cuando despierto y una tristeza infinita me embarga. Es una tristeza espesa y al mismo tiempo se siente como un manto sobre todo mi cuerpo. Las emociones son varias, y se van mezclando y superponiendo durante el día.
La tarde en la que el doctor Pozo me dio la noticia, agradecí la nueva y extraña forma de su consultorio. El doctor se había mudado de piso hacía poco tiempo, trastocando el modo en el que suelen ser los espacios de consulta. Para sacar mejor provecho del lugar, eliminaron el escritorio típico (ese en el que el paciente se sienta frente a un escritorio y detrás se encuentra un doctor) colocando la mesa pegada a la pared. Así, esta nueva forma ofrecía dos sillas vacías al abrir la puerta y el doctor allí, sentado a un lado, como si se tratara del consultorio de un psicólogo o algo parecido. En la cita anterior a la de la terrible noticia, el doctor estaba enredado con el computador, y yo -que esta vez había acudido sola- me senté también algo confundida sin saber dónde colocar la cartera. Esa situación de "sentarse sin barreras" me pareció nueva y al principio incómoda, pero pronto pensé: "no, está bien esta nueva disposición. Ayudará a muchos pacientes a sentirse en confianza". Entonces tampoco me veía como "paciente", pues esa condición te coloca en minusvalía y la sola palabra ya te deja un hueco de poder, en la simple "espera" y sin derecho a pataleo.
A esta segunda visita a su nuevo consultorio llegué acompañada de mi esposo, así que ambas sillas fueron ocupadas, y la cartera tuvo que yacer en el suelo (cosa que no hago por superstición). "Bien, acostumbrémonos a esta nueva fórmula doctor-sin-barreras" me dije. Me acordé de los doctores en Estados Unidos que no te dan ni un abrazo, ni te tocan, ni te miran a los ojos y agradecí que en Venezuela las cosas no fueran así. El doctor Pozo es agradable, elegante y relativamente joven. Siempre me sentí tranquila y confiada con él. Tiene una voz cálida, pausada y segura cuando te explica las cosas. Sin embargo esta vez, con el resultado sobre sus rodillas, y con la misma voz cálida y segura, me dijo que no tenía un buen resultado en sus manos. Luego pasó a explicar en términos médicos y accesibles y yo intenté asimilar rápidamente todo aquel torrente de información cayendo en cascada. Recuerdo ese momento como si algo se hubiera detenido y yo pudiera ver un poco como sobrevolando la situación. Me dije "guau, Sonia, te tocó vivir algo grave". Mi marido comenzó a preguntar, pero lo vi más cuerdo y coherente que nunca, pues los médicos y las situaciones de enfermedad lo estresan mucho. Yo también hice preguntas que ahora no recuerdo, pero poco a poco esta situación de "no tener un escritorio frente al médico" me hizo sentir abierta, en confianza y debo decir que... entregada. Desde el primer momento me entregué al camino sin rumbo que me tocaba en la ruleta de la vida y escuché tan bien como pude toda la información que el doctor pacientemente me daba. Agradezco la calidez de su voz, las palabras de aliento, pero también de tierra cuando me dijo "esto es un proceso largo, y tienes que poner toda tu energía en esto. Será incómodo, duro y a veces difícil." Hizo un montón de órdenes médicas para practicar exámenes de rutina y volvimos a otra ronda de preguntas. La cosa que más me golpeó fue pensar que me tendrían que quitar el pezón, no solo la mama, pues había visto fotos de tetas reconstruídas sin el pezón y siempre me habían parecido como un rostro sin ojos: una cosa horrenda. Explicó que el pezón se reconstruye también en varias etapas y con otra parte del cuerpo, así que supongo que sí, me tocará estar sin ojos en el rostro del pecho al menos un tiempo. Finalmente me dije: "una cosa a la vez, no puedo con tanta información, ya va".
Me dio consejos útiles como que no escuche todo lo que dice la gente, pues para bien o para mal la gente comenzará a bombardearme con cuentos y eso puede resultar a veces agobiante, aunque sea para contar que a fulana todo le salió bien. También me desaconsejó hurgar en internet, donde hay toneladas de información sin procesar y podría asustarme o confundirme y nunca tranquilizarme. Nos despedimos sin escritorio de por medio, y esta imagen de una habitación sin barreras fue buena y humana para mi recuerdo. Finalmente nos quedamos en la vida con las porciones de pasado que queremos, y esta nueva etapa que me tocaba tendría en su puerta lo que se sintió como "una cálida conversación entre amigos" y no como "un doctor que te da una mala noticia". Qué extraño, pero la mala noticia estuvo desde un principio y debo decir que me cayó como un balde de agua fría -he dicho a algunos amigos que "me caí de un plátano"- pero llena de esperanza y de calidez y de fe a la vez. La imagen de mi esposo sereno haciendo preguntas, y la mía un poco más perdida pero también serena, la cartera abandonada en el suelo y el doctor explicando con tanto cariño y paciencia todo, me plantó de una vez en una situación "almática", como si de pronto la mente hubiera dejado de existir.
Bien... ¡Sintamos! Se trata de sentir, pues... Aquí voy, me entrego a esto. Haré mi tarea lo mejor posible, es la parte práctica donde debo concentrarme bien -y me enseñaron desde pequeña a ser una alumna cumplida, recta y en el fondo sumisa, una alumna que quiere hacer bien su tarea y punto-, pero nadie te prepara para enfrentar todo tipo de tareas. Yo me he jactado siempre de ser " una persona completamente sana". Tengo la cicatriz en mi vientre por el nacimiento de mis hijos. Bajo las axilas no hay rastro de la única operación de mi vida que fue para "ponerme pecho" y acomodar de un solo tajo la autoestima con un método quirúrgico, hace casi catorce años cuando cansada del rumbo de mi vida y sobre todo "despechada" después de un desplante amoroso, le puse nombre a mi deseo y planté dos hermosas tetas que quedaron estupendamente naturales. De resto, escribo siempre en los interrogatorios médicos: "no soy alérgica" y debo tachar o colocar "no" en todas las filas de preguntas que siguen. Pero nadie me preparó para responder a los cinco o seis cuestionarios que me ha tocado responder a diario estos tres días. ¡Qué extraño!. Mi mano tembló cuando escribí por primera vez "cáncer de mama" y me sentí completamente avergonzada, porque no pasaba la prueba. "Cáncer de mama",- ¡caramba! Te estás portando mal pequeña…- me dijo una voz interior.

13 comentarios:

  1. Sonia, momentos de vida en los que, pareciera, nos someten a un test de valentía. Tu sacas todos los puntos del examen. Te quiero. Me siento orgullosa de ser tu hermana.

    ResponderEliminar
  2. Querida, cómo me siento identificada con tu relato, y gracias por ser Valiente y compartirlo porque muchos pacientes se reservan la procesión y se olvidan de que al compartirla no solo se ayudan sino que ayudan a otros. Me siento felíz por ti, y por mi, porque me recordaste algo que ya pasamos las dos...ya pasado es, es una linda victoria. Un abrazo grande!!!

    ResponderEliminar
  3. Muy querida amiga nueva virtual, me encanto lo que quisistes compartir conmigo y todos aquellos que te lean, te admiro desde ya, me encantaria que siguieras con este animo de seguir relatando tus vivencias, porque las hacemos nuestra tambien, en verdad ya cuentame entre tus amigas, te deseo que te conviertas en la mejor narratista (no se si se dice asi)a partir de esta experiencia y aceptas cada minuto de vida que tenemos, me agradaria seguir recibiendo tu luz, gracias nuevamente.Mi nombre es Maritza de Vera. gracias te queremos.

    ResponderEliminar
  4. Gracias a todos por los comentarios, via facebook y sobre todo, los que aparecieron en el blog hoy. Me emociona enormemente que este texto lo lea gente que no conozco, y sobre todo, mujeres que estén pasando por algo parecido, o que ya lo hayan vivido. Nada como tejer lazos anónimos y afectuosos. Aún no sé cómo funciona esto de los comentarios... pruebo enviar...

    ResponderEliminar
  5. Tantos años hace que nos conocemos, desde tu aventura italiana, que creo que puedo afirmar que desde entonces tu personalidad me sedujo. Eras (y eres) una bella mujer con una personalidad humana y artística que arrastraba detrás de ti.
    Hoy me reafirmo en aquellas primeras emociones y me siento orgullosos de ser tu amigo, de haber conocido a tu marido y a tus hermosos hijos y de que me hayas considerado para compartir tu pensamientos y reflexiones sobre esta enfermedad que nos espera a todos a la vuelta de la esquina y frente a la cual, tu ejemplo y tus consejos nos servirán de ayuda. Muchos besos

    ResponderEliminar
  6. Hola, Sonia! Siempre recuerdo las noches que las llamaba y ustedes respondían: " Bueno, Raimundo, ¿estás viendo qué hora es? Recuerdos de una época hermosa en Venezuela. Algunas noticias tienen ese carácter impactante en nuestro ser. Hacernos responder con entusiasmo ante lo inexplicable y enfocarnos en vencer con una victoria osmótica que potencie nuestra hermosa existencia.Sonia, muchos saludos amigos, a tus hijos y un gran abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Hola, Sonia! Siempre recuerdo las noches que las llamaba y ustedes respondían: " Bueno, Raimundo, ¿estás viendo qué hora es? Recuerdos de una época hermosa en Venezuela. Algunas noticias tienen ese carácter impactante en nuestro ser. Hacernos responder con entusiasmo ante lo inexplicable y enfocarnos en vencer con una victoria osmótica que potencie nuestra hermosa existencia.Sonia, muchos saludos amiga, a tus hijos y un gran abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  9. Sonia te quiero tanto!!!!!eres una valiente de la vida. Sigue dando luz con tus palabras!!!! te admiro y respeto hoy y siempre.

    ResponderEliminar
  10. Lindo Sonia. Lindo y duro como la vida misma. Nunca sabemos donde y cuando nos va a atrapar, pero al fin estamos en medio de la mas trágica de las vulnerabilidades. Espero que lo superes, con la misma sonrisa con la que lo cuentas. Te queremos y sabemos que te lo mereces.

    ResponderEliminar
  11. Mi querida, mi hija valiente, mi cielo, mi ratoncita, contigo viví momentos duros en los cuales hubiera dado mi vida por quitar de tu camino esta experiencia, pero la vida es inmisericorde y nos obliga a cada uno a vivir nuestro destino.
    Tu (como lo supuse desde el principio, porque te conozco) aprovechaste cada lágrima, cada suspiro, para hacer aun más ancha tu alma y más valiente tu día a día. Aprovechaste toda la experiencia para crecer, para subir un peldaño más arriba, en ese donde se habita cuando hay un sufrimiento profundo...

    ResponderEliminar
  12. Gracias a todos por sus comentarios... Mamá, me hiciste llorar. Para ti y por lo vivido con la yaya, habría preferido cambiar la historia de la película -pero esta vez no soy la autora, sino la protagonista...-. Así nos tocó, y gracias a Dios, un pie y luego otro, ha sido con un "toque de suerte". Toque de los ángeles. Gracias a todos!!

    ResponderEliminar
  13. ciao Sonia!!!
    credo che sia che esista un disegno per questa nostra vita terrestre o che tutto sia regolato dal caos o dal nulla tu sei una persona in grado di affrontare esperienze difficili, ardue, terribili, che compongono il quotidiano di molti e l'immaginario di tutti, e di saperle trasformare mettendo a nudo la poesia della nostra cruda umanità. A tutti è affidato il compito arduo di migliorare questa esistenza, di aggiungere bellezza alla vita, ma non tutti riescono, per molti e molti motivi. tu ce la fai. io sono felice di leggerti, di portarti nel mio cuore e nei miei pensieri di tutti i giorni. mi scuso per poter scrivere queste righe solo in italiano, ma desidero far parte di questa pagina. grazie. danilo

    ResponderEliminar