domingo, 11 de marzo de 2012

-¿YO? ¿CÁNCER?-


Y sigamos con el texto de mi blog... el que escribí durante el proceso. Lo hago por fidelidad, porque a veces -como hoy domingo en el que amanezco sin niños porque duermen en casa de la abuela, y estoy feliz porque la vida da para todo, y cuando es tiempo de cosechar lo sembrado con tanto esfuerzo, paciencia y constancia es una fiesta del espíritu; hoy, que me siento tan joven, que me parece raro estar muy cerca de cumplir cincuenta años- me parece más raro aún (¡y cuánto!) que haya tenido cáncer. -¿Yo? ¿Cáncer? ¿Quién dijo eso?- y entonces sin querer mi brazo roza la piel insensible bajo la axila, se siente un bulto como una lengua gorda recién salida del dentista y me digo -¡Oh, si, todo eso pasó y hace apenas un año!-. Por eso, como ocurre que la vida corre tan de prisa y el día es agua de un río apresurado que se desliza entre las piedras, lo pasado vale poco menos que la orilla de una página y escritos como éste, son los que organizan la memoria y atesoran el porvenir. 




COMENZANDO POR EL HILO

Comencé hablando de la operación y terminé hablando de la risa. Aquí estoy,  a tres semanas de la misma, con la sonda plástica que me cuelga de un costado y sirve para drenar los líquidos del músculo de la espalda que fue removido. Yo pensaba que este tiempo de “pausa” y reposo sería útil para terminar muchos de mis proyectos por escribir, poemas, capítulos de la serie de televisión, corregir el guión de la película, en fin, que tenía una agenda apretada para mis días de “ocio” forzado. ¡Tres semanas en casa! El horror, me parecía, a no ser que me salvara mi útil computador portátil con sus tantas páginas por escribir…
Y ocurre que, desde el día en el que llegue a casa hasta hoy, no he tenido ni ganas ni cuerpo ni mente para siquiera prender el computador y comunicarme vía internet por ese aparato. Gracias al teléfono de la nueva era y mi habilidad con los pulgares recientemente desarrollada para escribir en ese miniteclado, he logrado escribirles a mis amigos y familiares, y mantenerme al día con alguna correspondencia. Más nada. Algún poema escrito también desde ese mismo teclado… de resto, ha sido inútil: lo único que he tenido ganas de hacer es ver televisión con el control remoto cercano, mirar películas en DVD, echar sueñitos, y mantenerme en posición horizontal. Los días pasan rápidamente, y muy pronto se hace de noche, y otra vez es el día siguiente, y yo no me canso de descansar. Entiendo por qué hay gente que se queda echada en su casa sin hacer nada: ¡esto tiene de veras un gusto tremendo y ya me estoy haciendo adicta al “dolce no fare niente”!

3 comentarios:

  1. Hola Sonia,cai en tu blog y gracias,gracias.Yo estoy pasando por un cancer de mama,ya operada no me hicieron mastectomia,pero grado 2. Ahora estoy con la quimio semanal,me pusieron 4 de las fuertes y me quedan 7 de las supuestamente mas suaves,que son las semanales.Me lo diagnosticaron el 25 de Enero de este año,desde un principio para mi lo mas importante era que mis hijos (tengo 2,Laura de 9 años y Alejandro que cumplira 18 este 22 de Junio) pues que lo llevaran muy bien y toda mi familia.Yo fuy la que levantaba a todos,a mi madre,a mi padre,a mi marido y mis hijos bien que es lo que mas me importba sobre todo para la peque explicarle lo de la caida del pelo y creo que se lo explique tan bien que cuando me empezo a caer me dijo: Mamiiii que bien ya empiza a hacer efecto el tratamiento.No me lio mas con lo mio.Me encanta tu blog y lo bien que escribes y la fuerza que transmites.Yo quiero escribirlo pero aun no me sineto con fuerzas ya que llevo mal la quimio.Lo escribire cuando acabe.Gracias y millones de gracias compañera.Un beso y un abrazo enormeeee

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  2. Hola Paula, no sé si leerás esto si te respondo, porque no sé cómo funcionan las respuestas en los blogs, pero en fin, no tengo otra manera de comunicarme contigo. Me alegra que leer mis reflexiones te sirva de compañía. He aprendido con esta enfermedad que no hay mejor oreja que una mujer que haya padecido o esté padeciendo algo parecido... así que escribir me ha servido para muchas cosas: para soltar cosas malas y buenas; para sentir que todo esto sirve de algo, pero sobre todo... para estar acompañada. Yo también tengo dos hijos, más pequeños que los tuyos (de 8 y de 6 años) y me tocó responder a preguntas más simples. Pero los niños son sabios e intuitivos, así que son los que mejor se acomodan a los vaivenes de la vida. Sólo te quería decir que tu también necesitas un pilar, y que no puedes serlo en este momento de la enfermedad -o mejor llamarlo "proceso de curación"-. Una de las cosas que más temía al principio de todo esto era a pasar por una quimio... al final no me tocó, me tocaron otras cosas, pero admiro a las personas que deben pasar por una. Así que lo único que puedo decirte es: corre a buscar una columna y deja que alguien te mime y te cuide, porque sobre todo "tienes derecho a apoyarte en alguien o algo". Tal vez es la primera cosa de la lista que aprendí en esta nueva escuela... Besos, te acompaño y te sigo desde acá con el corazón, y a la orden para hacer de pilar-columna-oreja aunque sea desde un computador.

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  3. Hola Sonia, hace meses leí tu blog y en ese momento me di cuenta de que habían pasado dos años desde la fecha de mi ultima mamografía. Programé una cita para el día siguiente y tres semanas despues me estaban haciendo una mastectomía parcial, a la que le siguió un ciclo de radioterapia. En esos días, pensé muchas veces en cómo tu historia había llegado a mí en el momento justo y desde entonces tenía pendiente darte las GRACIAS con mayúsculas, porque así como me ayudaste con todo lo que escribiste sobre tus vivencias, lo habrás hecho con muchas personas más que te han leído. Espero que te encuentres bien junto a tu familia y que la vida te colme de bendiciones. Quiero decir que fue muy grato leerte, porque aunque nos apoyemos en la familia, hay un momento en el que estamos completamente solas: en el quirófano, en la sala de recuperación, bajo la máquina de la radio... Y es allí, donde estamos más cerca de otras mujeres que han pasado por los mismos temores, la misma frialdad, las mismas expectativas de lo que vendrá, estas experiencias duras que nos hermanan en la distancia y en el tiempo, aunque no nos conozcamos. Gracias de corazón.
    María

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