Y como las casualidades no existen, el texto que toca para hoy tiene que ver con el mejor regalo que pude recibir esta Navidad: mi mamá transcribió todas las cartas que le envié cuando viví en Italia (¡y son muchas!), las encuadernó en dos grueso bloques y me las entregó envueltas en papel de regalo bajo el título "Cartas de Ravenna". Y aunque guardaba copias de muchas de ellas, tenerlas en forma de "casi un libro" y transcritas por ella, cambia completamente el orden de las cosas.
¡Oh, si, mi madre-solo-hay-una me devolvió un buen tajo de pasado, todo junto, todo hermoso, delineado por el ímpetu de mis letras! Comenzó su ardua labor antes de saber sobre mi enfermedad y la siguió silenciosamente luego, los meses restantes...y éste 24 de Diciembre cuando mi mejor regalo es justamente degustar el momento presente, ella me entrega este regalo sorpresivo y aleccionador.
¡Oh, si, mi madre-solo-hay-una me devolvió un buen tajo de pasado, todo junto, todo hermoso, delineado por el ímpetu de mis letras! Comenzó su ardua labor antes de saber sobre mi enfermedad y la siguió silenciosamente luego, los meses restantes...y éste 24 de Diciembre cuando mi mejor regalo es justamente degustar el momento presente, ella me entrega este regalo sorpresivo y aleccionador.
Lo que está escrito en ellas es tema para otro blog... pero el hecho es que la lectura de estas cartas que datan del año 89, cuando el cartero pasaba por las calles con su bolso lleno de sobres vivos, me ha sumergido en el pasado como quien da brazadas en el porvenir. Los primeros días del año me causan una particular emoción, porque me siento estrenando un traje, y parece que todo se pudiera llevar a cero, y limpio los rincones de la casa, y boto lo viejo, y saco a la luz lo que estaba olvidado en el fondo. Enero es un mes pequeño y silencioso porque comienza como tarde, como en pausa, pero tiene esa brillante cualidad del estreno. Así que regresar a lo que una vez fui hace veinte años es una lección de vida, pero más que eso, es una muestra contundente de lo que el pasado puede amasar en el porvenir. Y ahora, el trozo que tocaba para hoy, para que vean que las casualidades no existen: "Cartas van, cartas vienen"
CARTAS VAN, CARTAS VIENEN
Siempre, toda mi vida, me encantó el género epistolar. Desde
pequeña escribí cartas que mandaba por correo (ese antiguo, que atravesaba verdaderas distancias, con sus aromas encerrados
en un sobre y una flamante estampilla sellada en su exterior) y tuve mis largas
amistades con gente que no llegué nunca a conocer personalmente. Luego, los
años que viví en Italia, escribí hermosas cartas, y guardé copia de todas, las
recibidas y las enviadas, a mi familia y amigos. Esas
cartas descansan atesoradas en sendos cartapacios que son prueba fidedigna de la
vida vivida y recuerdan cosas que yo misma no puedo recordar.
Desde que internet hizo mella en mi alma, las cartas dejaron
de ir y venir, y los emails sustituyeron sobres y hojas papel cebolla escritas a máquina. Ya no guardé, ni
imprimí, ni fotocopié esas cartas, que dejaron de ser atesoradas para perderse
en la nada absoluta de la memoria absoluta del nuevo Dios Google. Pero no por
eso dejó de apasionarme este género, ahora trastocado por la inmediatez y el
uso de palabras inauditas y hasta a veces inventadas, mayúsculas, colores, cadenas y muñecos que bailan a ritmos frenéticos.
Misteriosamente estos primeros días de lucha, sólo he
podido llamar a pocas y muy contadas personas. El teléfono me parece incómodo
para contar, y simplemente no me queda fuerza de ánimo repetir la historia
archiconocida para mí. Pero mi blackberry ha resultado útil y algo enfermizo
para comunicarme por email, por donde sí puedo contarle a mis amigos más
queridos lo que estoy enfrentando. Estas conversas me han ayudado y acompañado para sobrellevar los días, y hacen vapor en mi corazón. Especialmente con Caruca,
una titiritera con quien comparto hermandad desde hace unos años, y Muchi, mi
hermana de la poesía. Ambas viven lejos, una en España y la otra en EEUU, y con
ambas comparto una extraña suerte de “telepática conexión”, como si estuvieran
muy cerca y nos entendiéramos sin que medie la comunicación ordinaria de en qué
anda la otra.
Así ocurrió con Caruca, a quien intenté escribir, pero visto
que el email se devolvía y como ella está de madre primeriza con un bebé de
tres meses, pensé que era una señal de que no debía contarle nada. Sin embargo
recibí una hermosa carta ajena a mi historia, que me hizo llorar de emoción y
entrega:
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¿Como estas mi querida
Sonia?
Por aquí obligándome
de buen gusto a nuevos comienzos (…) Una amiga me escribió
esto:
Mujeres que corren con
los lobos (libro):
“Dicen que todo lo que
nosotras estamos buscando, también nos busca a nosotras y que, si nos quedamos
quietas nos encontrará. Es una cosa que lleva mucho tiempo esperándonos. Cuando
llegue, no te muevas. Descansa. Ya verás lo que pasa a continuación.” (…) “Deseo que hoy experimentes paz en tu
interior, que confíes en que te encuentras exactamente donde has de estar, que
no olvides las posibilidades infinitas que nacen de la confianza en ti misma y
en otras, que utilices los dones que has recibido y que transmitas a otros el
amor que se te ha dado. Deseo que estés feliz contigo misma por lo que eres.
Deja esa sabiduría asentarse en tus huesos y deja a tu alma cantar, bailar y
querer libremente. Está aquí para cada una de nosotras”.
Caruca
---
Hola mi querida Caruca,
como si me leyeras la mente, he intentado escribirte varias veces, pero el
correo se ha devuelto (…)Tengo cáncer de mama... ¿qué te parece? La noticia la
he recibido hace cuatro días, aunque estoy detrás de esto desde hace unos
meses, pero la verdad siempre me he sentido una mujer sana, a prueba de todo,
así que es como si mi cuerpo no pudiera enfermarse. En fin, que yo esperaba los
resultados tan tranquilamente, que la última noticia que esperaba recibir era
la de "tienes dos quistes malignos”. (…) Estoy serena, con fuerza, he
tenido mis momentos de tristeza infinita, y de llanto, pero estoy parcialmente
entera... Gori ha sido un verdadero pilar estos días, se ha portado
amorosamente, y me apoya en todo. Los niños ajenos a la historia. Y mi familia
conmigo (...)
Y bueno, qué decir.
Mis grandes amigos, todos lejos, tú, Danilo, mi amiga que vive en EEUU, la
gente de Naku, en fin... todos me acompañan desde lejos. He tenido algunas conversaciones
contigo, sin que medie siquiera la palabra, visto que se devolvían los email, y
también tú me has acompañado estos días.
(…) Pronto tejeremos
sueños, mi amiga, juntas otra vez. (…) así que de seguro todo
esto es apenas un paso, una puerta compleja y difícil, un ajuste nada más. Dios
no puede ser tan tonto de amarrarme ahora a asuntos tan físicos, cuando queda
tanto trabajo por hacer, tantos sueños por construir, y tantos programas por
crear para tanto niño en el mundo con ganas de ver lo que tenemos para dar.
Sonia
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Hola mi niña: ME HE QUEDADO MUDA. Leí tus palabras ayer, me
quedé petrificada, y lo he vuelto a
releer hoy con más calma. Tienes cáncer
de mama y muchas posibilidades de que todo salga
bien....de que los centinelas hayan hecho su trabajo...de que te quiten la teta
y listo! de que te la reconstruyan y …yoquesé, eres bellísima con o sin tetas.
No sé que decir, me
gustaría que me sintieras cerca, porque lo estaré, más consciente que hasta
ahora...me gustaría estar contigo en tu armario, sin hablar, como una camisa
sin botones. Dejarnos llorar y reconocer la fortaleza que tienes y que
necesitas para afrontar todas esas pruebas.
La maternidad es
compatible con la hermandad, no lo olvides. Veremos cómo van los siguientes pasos. No
quisiera empezar a contarte los casos de conocidas que salieron del cáncer de
mama, pero SON MUCHAS!! Todo saldrá bien!, tiene que ser así. Ánimo y más besos.
La lectura del
"nuevo escritorio" es conmovedora e intensa, haces que nos pongamos
en tu piel, joder! me daban ganas de agarrar a esas enfermeras desalmadas
y...no sigo con burradas, que no arreglo nada. Te quiero mucho
AQUÍ ESTOY mi vida
Estaba pensando...que
cuando enciendo la chimenea (aunque no haga frío), ese fuego con todos sus aromas tiene un poder
reconfortante que siempre me sorprende. Hace las cosas más llevaderas y
posibles. Intentaré ser una pequeña llamita para tí, te acompañaré no sólo de
pensamiento...pondremos a prueba tu black berry última generacíón.
Caruca
---
¡Gracias Caruca! Las palabras
son fuego para mi alma. Me dan luz, y abren mi espacio de fe, y me acompañan.
El diálogo y hasta el soliloquio de "esas llamitas negras" que pueden
correr a miles de kilómetros de distancia (gracias a estos aparatos) y llegar
al mismísimo cuenco de la mano, son prueba fidedigna de que somos
"almáticos", y como tantas veces en la vida cotidiana eso se pone en
duda, es reconfortable cada vez que surgen iluminaciones milagrosas. Así que
"-¡llamas a mi!" como decía uno de los cuatro fantásticos. Tu logras
una hoguera a través de internet con tu chimenea a distancia. (..). ¡¡Te iba a
proponer que me fueras cosiendo un pezón de telas entrejidas y pegadas!! ¡¡Jajaja!! Seguro que me lo haces bien, con tus ocurrencias de materiales
humanos. ¡Tal vez al doctor le parezca una buena idea, surcirme un pequeño
ojo-de-títere-en-la-teta!! (Bueno, hay que hacer humor con esto porque sino se
hace todo demasiado denso...)
¡¡Gracias por
acompañarme!! Estaré feliz de tenerte encendiendo el fuego de tu chimenea de
vez en cuando para que llegue a mi teléfono.
Sonia
Sonreirle a la vida es la respuesta más humana que podemos dar. La sonrisa es el arma de los que profundizan, sienten y responden con la autosuficiencia necesaria para sonreir, a pesar de todo. La vida no es ni fácil ni sencilla, ni amorosa, ni complaciente. Pasa y nos arrastra, eso es todo... y sería muy dura si no fuéramos capaces de sonreir... La sonrisa y el humor determinan el tamaño de nuestra humanidad.Un beso.
ResponderEliminarSi, gracias a la anestesia y sus efectos post-operatorios, descubrí que tenía "mucho humor para dar" -y que se había escondido en alguna parte, por los vaivenes de la vida- y por esa misma razón, apenas pude me inscribí en un curso de clown y "estudié" lo más fielmente que pude el arte de la risa... Eso lo contaré más adelante con detalle.
ResponderEliminarEs cierto, hay que ir a todos lados con una sonrisa. Es algo difícil de aprender, pero cuando se tiene la necesidad, puede salir solo. Me encantó tu intercambio de cartas con Caruca. Un beso.
ResponderEliminarRecordarás el daño qie hiciste ,antes de irte a Italia, me da dolor lo que te paso,
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