martes, 21 de febrero de 2012

El Clan de la cicatriz

Hoy sólo escribo por hoy y no les traigo un texto del pasado. Les traigo mi reflexión del día de hoy...

Pertenezco al clan de la cicatriz. No sabía de su existencia, ni tenía intención alguna de participar hasta que hace unos años leí en el libro "Mujeres que corren como lobos", y me llamó mucho la atención... Entonces quise hacer una reunión, bella, lozana, de mujeres amigas que engrosarían la lista de mi propio clan de la cicatriz (pensaba entonces en las cicatrices del alma, profundas, dolorosas, escondidas bajo la piel de la memoria, que al ser compartidas, se vuelven sutiles y hasta inocuas). Hice mentalmente esa lista muchas veces, planifiqué el día en el que nos íbamos a reunir, cociné mentalmente pasteles y dulces variados y me entretuve en imaginar qué actividades realizaríamos para exorcizar, cual brujas, las heridas del alma. Como muchos pueden imaginar, nunca invité a ese selecto grupo de amigas a la primera reunión de mi propio clan de la cicatriz... el tiempo pasó, ocupada en mi cosas, y tiempo después la vida me trajo mi verdadero clan de la cicatriz. Este: el de un cáncer de mama, una masectomía bilateral y la reconstrucción de una mama.
Ahora, cuando pienso en cicatrices, me paso la mano por la espalda, o toco con la yema de los dedos el gran círculo de piel que ostento en un pecho. Allí han crecido, se han suavizado, se han enrojecido o inflamado los bordes de una piel unida por puntos, una piel que no olvida -a casi un año de haber sido operada-, una piel como por parches, insensible o sentida... una nueva píel trastocada y transmutada.
Y no es para compadecerse, no busco eso con esta confesión. Es que hoy, día en el que ha muerto un ser querido a causa de un cáncer de pulmón, me siento mucho más vulnerable. La cicatriz me lo confirma. Hoy, que amo los segundos, que respeto los minutos como si fueran horas, me siento frente a mi vértigo y me digo asombrada: -¡Pudiendo morir, estás viva!-. Y ciertamente, la muerte es algo que no avisa, ni llega justamente en el momento oportuno, y a cualquier nos puede pasar. Pero si perteneces al clan de la cicatriz... aún cuando bailes de felicidad y gozo porque eres afortunada, y has vencido días aciagos... nunca podrás olvidar el desamparo y la fragilidad de no saber si la vida continúa.
Y esto es algo que rara vez se puede compartir, porque, una vez superados los obstáculos de la enfermedad, una vez encaminada en la ruta de la recuperación, te dan golpes en la espalda y te dicen "qué bien te ves", sin esperar respuesta porque una buena cara lo dice todo. A muy poca gente le gusta escuchar la ristra meticulosa de preguntas, quejas, amagos o letanías de alguien que ha padecido una enfermedad grave. Y las que hemos vivido la experiencia, aprendemos a seleccionar con cuenta gotas, a juzgar por una primera respuesta, cuándo alguien está verdaderamente dispuesto a escuchar. Es por eso que, ahora sí, el clan de la cicatriz sería el mejor lugar para mostrar las heridas y reír de los abismos. Y es por eso que, a través de internet, alzo la voz para que llegue a otras mujeres que llevan escondidas sus propias cicatrices bajo la experiencia intensa e imborrable de un cáncer de mama, o una enfermedad que se le parezca. No sé porqué, pero mostrar la herida de una batalla, dignifica al soldado... (y bravo por esos proyectos fotográficos que muestran a mujeres que han perdido sus pechos!!).


4 comentarios:

  1. Así es querida amiga, y escondemos heridas de vida como las de la cesárea y también de avios de muerte como las del cáncer, entonces tratando de ocultar nos ocultamos de nuestro propio Ser. A la luz todo, sea la luz el amor y la aceptación. Bravo por ti, bravo por todos!!!

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  2. Hola Sonia, una amiga poeta, Mharía Vázquez B., me comentó sobre tu hermoso y valiente blog. Yo también tuve cáncer de mama en el 2008. No he escrito mucho sobre mi experiencia, sólo poemas, uno por cierto sobre la radioterapia. Me llamo la atención que justo uno de mis poemas se llama "cicatriz". Yo también con frecuencia me toco la mía, la del ganglio centinela que tal vez salvó mi vida. Espero que sigas escribiendo sobre tu experiencia, aunque se que puede ser doloroso hacerlo, lo sé en carne propia pero hay que contarlo para crear conciencia. Por lo pronto te deseo lo mejor, mucha vida y energía, que sabemos que la lucha es dura y las batallas son diarias, un abrazo! Beatriz Calcaño(desde un clan de la cicatriz)

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  3. AAAAAAuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!, (aullido del clan de la cicatriz)
    MIL BESOS SONIA

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  4. yo tuve cancer de mama derecha en el 2003 me operaron 4 veses y nunca pudieron arreglar la cicatris gracias a la doctora que tendria que averme mandado a un mastologo y me opero ella ....esa son las cosas que tenemos que contar para que no les pase a otras mujeres ....esas
    cirujias las hace solo un especialista en mamas o sea un mastologo...y dar gracias a dios que todavia podemos contarlo

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